El abordaje es desde el cuerpo. Toda experiencia no resuelta queda registrada en el cuerpo en forma de tensiones musculares. Estas tensiones, que se comienzan a crear cuando somos niños y niñas, con el tiempo se convierten en crónicas y dan como resultado una «coraza muscular» que determina, nuestra manera de movernos, de estar en el mundo y de contactar con la demás gente, es decir: nuestro carácter. Trabajamos con los diferentes caracteres conociéndonos y aceptándonos, lo que da lugar a la transformación. Desbloquear la coraza muscular favorece la libre expresión de las emociones, con lo que surge la parte más espontánea, menos condicionada, y más esencial de la persona. Recuperamos la energía que ha quedado estancada y con ello nuestra vitalidad.